Su primer contacto con la m�sica, fue tocando la flauta de un amigo y la arm�nica que alguien le hab�a regalado. Y alguien m�s debi� descubrir en �l un talento oculto, porque recibi� de regalo de Reyes un Casiotone. Seguro que imaginas como le sac� partido, tocando el Casiotone en la puerta del gimnasio se hac�a unas pelillas para el bocata del recreo. Y sigui� engordando.

Pasaron los a�os, tuvo su primer piano y clases en el conservatorio de Madrid de donde, por cierto, le echaron por tener un disco de un tal "Cobos" entre las partituras. Y de all� a casa empe�ado en seguir tocando hasta que un vecino, harto de escucharle a todas horas, le busc� trabajo de vendedor de teclados en un centro comercial de zona noble. Un buen sueldo, tocando todo el d�a y una vida tranquila, hasta que... un d�a cometi� el error de intentar venderle un piano a Abell�n. Comieron juntos y despu�s de la cuarta hamburguesa, Abell�n le hab�a fichado para levantarse a las 4 de la ma�ana y venir todos los d�as al programa. Ahora ya no est� tan gordo, a menudo se le ven ojeras y se le supone sentimentalmente ligado al "gu�", pese a que nadie les ha visto todav�a.